martes, 7 de diciembre de 2010

EL coche que no funcionaba cuando transportaba helado de vainilla

Esta historia comienza cuando una división de automóviles de la Pontiac de GM de Estados Unidos recibió una curiosa reclamación de un cliente, una reclamación por parte de un cliente insatisfecho con su coche, donde aseguraba que no funcionaba cuando transportaba uno o varios helados de vainilla, en cambio, con otros sabores, el coche funcionaba sin problema alguno.

La reclamación que expresó el cliente es esta:
“Esta es la segunda vez que les envío una carta, y no los culpo por no responder. Puedo parecerles un loco, pero lo cierto es que tenemos una tradición en nuestra familia que es tomar helado después de cenar. Repetimos este hábito todas las noches, variando apenas el sabor del helado; y yo soy el encargado de ir a comprarlos.

Hace poco me compré un nuevo Pontiac y, desde entonces, la idas a la heladería se han transformado en un problema. Siempre que compro helado de vainilla, cuando me dispongo a regresar a casa, el coche no funciona. Si compro cualquier otro sabor, el coche funciona normalmente. Pensarán que estoy realmente loco y no importa lo tonta que pueda parecer mi reclamación, pero el hecho es que estoy molesto con mi Pontiac modelo 99.”
Esa reclamación tan curiosa hizo que se despertasen dudas en la empresa, y el director ordenó que un técnico comprobase si esto era cierto.

Ambos, cliente y técnico fueron a una heladería y comprobaron el helado de vainilla, el coche, como siempre, dejó de funcionar misteriosamente.

El problema acabó volviéndose una obsesión para el ingeniero, que acabó realizando experimentos diarios, anotando todos los detalles posibles. Después de dos semanas llegó al primer gran descubrimiento: cuando se escogía vainilla, al comprador se le servía el helado en menos tiempo porque ese sabor de helado estaba al frente del mostrador.

Al examinar el vehículo, el ingeniero hizo un nuevo descubrimiento: como el tiempo de compra era muy reducido en caso de elegirse el sabor de vainilla, en comparación con el tiempo de compra de otros sabores, el motor no llegaba a enfriarse. Así, los vapores del combustible no se disipaban, lo cual impedía que el motor arrancara al instante.

A partir de ese episodio, la Pontiac cambió el sistema de alimentación de combustible e introdujo una modificación en todos sus modelos a partir de la línea 1999.

El autor de la reclamación obtuvo un coche nuevo, además del arreglo del que no funcionaba con el helado de vainilla. La GM distribuyó un comunicado interno, exigiendo que sus empleados se tomasen en serio hasta la reclamaciones mas extrañas, “porque puede ser que una gran innovación resida detrás de un helado de vainilla”. Decía el comunicado de GM.


Fuente: Creativosred

2 comentarios :

  1. Claro, el helado siempre tiene que ser de chocolate :)

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  2. Esa historia ya la había leído hace mas de treinta años (en la revista "selecciones"), así que no salgan que era modelo 1999.

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