martes, 8 de marzo de 2011

El asteroide que cayó sobre Huelva

Aquella noche, en Arroyomolinos de León (Huelva), las gentes del pueblo pensaron que había estallado la Guerra Civil y ya les caían las bombas. Pero no, aún faltaban más de cuatro años para que se iniciara la contienda y lo que vieron explotar sobre los tejados de sus casas fue una roca espacial que procedía de un asteroide calificado de peligroso para la Tierra por la NASA.

Han tenido que pasar 80 años para que un investigador diera lograra recrear lo que ocurrió aquella fría noche del 8 de diciembre de 1932. José Maria Madiedo, de la Universidad de Huelva, se enteró de aquel evento por casualidad, y decidió acabar con el misterio que rodeaba aquel meteorito, del que nunca se localizó ningún rastro.

Madiedo visitó Arroyomolinos y preguntó a todos los ancianos del lugar sobre sus recuerdos de aquella noche en la que una gran bola de fuego se acercó al pueblo y estalló sobre sus cabezas con un ruido atronador. No hubo daños personales, pero sí saltaron por los aires los cristales, algunos muros se cayeron y hubo fallos en la central eléctrica, que les dejó un rato a oscuras. "Localicé a una anciana que entonces tenía ocho años y aún lo recordaba", apunta Madiedo.

Aunque después hubo quien fue a buscar restos del meteorito, no se encontraron. Se había desintegrado totalmente a unos 16 kilómetros de altura, aunque ya venía perdiendo masa desde que entró en la atmósfera terrestre, como ha descubierto el investigador.

Gracias a nuevas tecnologías informáticas y a los estudios sobre explosiones nucleares y sus efectos, realizados en Estados Unidos, Madiedo ha logrado averiguar que lo que se quedó grabado en la mente de aquella niña era un fragmento del asteroide 1990HA, que está en la larga lista de más de un millar de asteroides potencialmente peligrosos de la NASA, es decir, que están relativamente cerca de nuestro planeta y son del tamaño suficiente como para causar daños catastróficos. El impacto de un asteroide fue lo que acabó hace 65 millones de años con los dinosaurios.

La roca en cuestión, que se desprendió del 1990HA cuando pasaba cerca de la Tierra, tenía unos 18 metros de longitud -como un edificio de cinco pisos- y venía del espacio exterior a una velocidad de 54.000 kilómetros por hora, lo que propició que alcanzara miles de grados de temperatura al entrar en la atmófera, donde fue perdiendo su masa hasta explotar.


Fuente | El Mundo

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