domingo, 15 de abril de 2012

La Colina de las Cruces en Lituania




La Colina de las Cruces, también conocida como la Meca de Lituania se encuentra a unos 13 km de Šiauliai, la cuarta ciudad más grande de Lituania, en el norte del país.

Su origen se remonta al año 1236, cuando la ciudad es fundada para defender la zona de los asaltos de los caballeros Teutónicos, cosa que no conseguiría ya que éstos conquistarían la zona y la dominarían durante todo el siglo XIV. Algunas fuentes indican la colocación de las primeras cruces en la colina durante este periodo. Con el paso de los años, el catolicismo Lituano comenzó a usar este lugar como emblema ante la opresión.


Ya en el siglo XIX Rusia se apodera de Lituania. Más de una sangrienta batalla se libraría en estas tierras contra los opresores rusos y miles de soldados lituanos morirían en ellas. Los familiares, ya que no podían dar sepultura a muchos de esos cuerpos, utilizaron la colina como improvisado cementerio simbólico. En 1895 había 150 grandes cruces y otras tantas de menos tamaño. El lugar comenzaba a convertirse en un centro de peregrinación, símbolo paz, libertad y esperanza para el pueblo lituano.


En el siglo XX llegan las dos grandes guerras, tras la primera, los alemanes ocuparían el país durante tres largos años. En la segunda, los rusos volverían a invadir la zona, para ser reconquistada de nuevo por los alemanes durante un breve periodo de tiempo y retornar al final de la guerra a las manos de Stalin como República Socialista de Lituania.


En estas fechas la colina había crecido. Miles de pequeñas cruces se amontonaban alrededor de la colina, coronada ya por 400 grandes cruces. A los rusos no les gustaba nada que este lugar se convirtiera en símbolo de libertad para los lituanos e hicieron lo imposible para que desapareciera del mapa. Lo quemaron todo en varias ocasiones, intentaron nivelar la colina e incluso convirtieron la colina en un vertedero de residuos y desechos. Pero nada de esto acabó con ella, al amanecer, decenas de cruces aparecían de nuevo plantadas allí y por mucho que se esforzaran en destruirlas, volvían a aparecer una y otra vez. Los rusos incluso proyectaron inundar toda la zona construyendo una presa en un río cercano, pero para suerte de los lituanos, cayó el régimen comunista y nada de esto llegó a llevarse a cabo.


Desde entonces hasta nuestros días el número de cruces y la importancia del lugar como centro de peregrinaje ha ido en aumento. Se estima que hay más de 100.000 cruces de todo tipo y tamaño. A las cruces se han unido estampas, rosarios, fotografías, estatuas y todo tipo de objetos religiosos que la gente ha ido allí amontonando como recuerdo de sus antepasados, familiares o amigos.


La colina de la fe, como suele ocurrir en estos casos, también se ha convertido en un negocio para muchos, que venden en las cercanías cruces y abalorios de todo tipo para los turistas desprevenidos que acuden allí sin llevar la cruz de casa. Quizás la masificación desvirtúe un poco el sentido original de la colina, aunque esto no quita que el lugar sea realmente sorprendente y que sea un punto emblemático dentro del recorrido de peregrinajes en Europa.


Fuente | Tejiendo el mundo

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