lunes, 14 de mayo de 2012

Los satélites de Júpiter

Júpiter, el quinto planeta del Sistema Solar, tiene 64 satélites, de los que cuatro tienen casi tamaños de planeta, los llamados lunas de Galileo. Los otros satélites son mucho más pequeños y la mayoría son asteroides capturados en el campo gravitatorio del planeta más grande de todo el Sistema Solar.

El tamaño enorme de Júpiter tiene un gran impacto en los objetos que lo rodean. Por ejemplo, las mareas provocadas en Ío hacen que esta luna encoja cuando se aproxima al planeta siguiento su órbita elíptica, lo que genera mucho calor y activa la actividad volcánica. La fuerza de la gravedad con que Júpiter atrae a otro de sus satélites, Europa, hace que su capa de hielo se agriete y se rompa.

En 1979, las dos sondas Voyager enviaron a la Tierra las primeras y sorprendentes imágenes del mini sistema planetario de Júpiter. La misión Galileo, en 1995, alcanzó la órbita de Júpiter y envió cientos de fotografías e información relevante acerca de la química y composición de Júpiter y sus lunas.

Galileo llamó a las cuatro lunas de Júpiter que descubrió en 1610 con su telescopio los planetas Medici y se refirió a ellos con la numeración I, II, III, and IV. Esta denominación se utilizó durante dos siglos, hasta que a mitad del siglo XIX se adoptaron los nombres Ío, Europa, Ganímedes y Calisto como oficiales.

Conforme se fueron descubriendo nuevos satélites gracias a las sondas espaciales, se los fue llamando con los nombres de las amantes de Júpiter, llamado Zeus en la mitología griega.

Si bien algunos de los satélites de Júpiter por ser demasiado pequeño sigue conservando su designación astronómica, he aquí los nombres de los que sí están bautizados: Metis, Adrastea, Amaltea, Tebe, Ío, Europa, Ganímedes, Calisto, Temisto, Leda, Himalia, Lisitea, Elara, Carpo, Euporia, Ortosia, Euante, Harpálice, Praxídice, Tione, Yocasta, Hermipé, Telxínoe, Heliké, Ananqué, Eurídome, Arce, Pasítea, Caldona, Isonoé, Erínome, Calé, Aitné, Táigete, Carmé, Spondé, Megaclite, Pasífae, Eukélade, Sinope, Hegémone, Cilene, Aedea, Kore, Kallichore, Autónoe, Calírroe.

Las lunas de Júpiter

Amaltea


Dentro de la órbita de Ío orbitan cuatro lunas pequeñas llamadas Metis, Adrastea, Amaltea y Tebe. Todas tienen una forma extraña, ya que carecen de masa o composición fluida como para tomar forma medianamente esférica.

Amaltea es la de mayor tamaño y además es el objeto más rojo del Sistema Solar. Es una fuente de calor, ya que refleja más calor que el que recibe del Sol y de Júpiter. Amaltea tiene unos 190 km de diámetro y forma irregular. Su superficie está llena de cráteres y montañas enormes.

Es el tercer satélite de Júpiter por orden de distancia y el quinto y último descubierto con ayuda del telescopio. Fue descubierta en 1892. Amaltea, según la leyenda, fue o una ninfa o una cabra que amamantó a Zeus.

Ío


Ío es el tercer satélite de Júpiter por tamaño y el quinto por distancia. Es una de las cuatro lunas conocidas como lunas de Galileo en honor a su descubridor, Galileo Galilei. Ío es un satélite con mucha actividad volcánica. Posee los volcanes más activos de todo el Sistema Solar, llamados Pele y Loki.

Los colores de la superficie de Ío van del rojo al blanco, pasando por el amarillo y el verde. La coloración de Ío se debe a la presencia abundante de azufre, que cambia de color según la temperatura: a los 113° (su temperatura de fusión) es amarillo, a los 150° se vuelve naranja, a los 180° rojo y a los 250° vira hacia el pardo y al negro. Así son las temperaturas en las zonas cercanas a los volcanes, en las llanuras, la temperatura media de Ío -150°C.

Ío es lo que más se aproxima al concepto tradicional de infierno. La temperatura en los volcanes llegan a alcanzar los 1700 grados Celsius, y las erupciones expulsan gases y materia volcánica a una velocidad diez veces mayor que los volcanes de la Tierra. Los materiales alcanzan centenas de kilómetros de altura y como hay poca gravedad, parte de esa materia volcánica escapa en el espacio y cae sobre Júpiter.

Ío es ligeremante más pequeña que nuestra propia Luna. Su nombre proviene de una ninfa a la que Zeus transformó en ternera para protegerla de los celos de su mujer, Hera. Hera encargó a Argos, el de los 100 ojos, que la vigilara pero Zeus envió a su hijo Hermes para que lo matara. en su memoria Hera recuperó sus 100 ojos y los puso en las plumas de su animal favorito, el pavo real.

En el Museo del Prado de Madrid hay un cuadro de Velázquez muy hermoso representando este mito.

Europa


Europa es otra de las lunas de Júpiter descubiertas por Galileo. Tiene un diámetro de 1565 km, un poco menos que nuestra Luna, y tarda 3,55 días terrestres en recorrer su órbita elíptica alrededor de Júpiter.

Europa está completamente cubierta por una capa de hielo de entre 50 y 100 km de espesor. Su superficie no muestra ningún cráter ni ningún relieve que supere los 100 metros de altura. Seguramente sean icebergs compuestos de amoníaco y hielo.

Se piensa que Europa es un mundo oceánico cubierto por una capa de hielo y que puede existir vida en su fondo, como en las profundidades de la Tierra, a pesar de las altas radiaciones que emanan desde Júpiter y que harían imposible la vida humana, a pesar de que parece que este casi planeta tiene atmósfera en la que hay oxígeno. El interior de Europa está compuesto por silicatos.

Una de las características más peculiares de Europa es la serie de líneas que parecen raíces esparcidas por todo el satélite, algunas de hasta 1000 km de largo. Estas líneas recuerdan los quiebres de las formaciones de hielo de los mares terrestres, lo que hace pensar que hay océanos líquidos debajo.

Europa recibe su nombre de la fenicia de la que Zeus se enamoró. Para raptarla se transformó en un toro blanco y ella, viendo que era manso, lo adornó con una guirnalda de flores y se subió a su lomo. Zeus cruzó con ella a la espalda el mar hasta la isla de Creta. Luego Zeus subiría al toro blanco a los cielos en forma de estrellas y crearía así la constelación de Tauro.

Calisto


Con un diámetro de 4800 km , Calisto es la tercera luna más grande del Sistema Solar. Su superficie es la más oscura de las cuatro lunas de Galileo, aunque es dos veces más brillante que nuestra propia Luna.

Calisto es el objeto estelar con más cráteres de nuestro Sistema Solar. Parece hace mucho tiempo que murió, pues no presenta ninguna actividad geológica en su superficie cubierta de hielo. Se calcula que este trozo de roca muerta tiene unos 4 mil millones de años.

Su atmósfera está compuesta principalemente de dióxido de carbono.

Calisto es un satélite frío y con poca densidad. Como está más alejado de Júpiter, le llega menos radiación del planeta gigante, por eso se considera que sería más adecuado para una posible exploración humana que Europa.

Su nombre proviene de una de las acompañantes virginales de Artemisa, la diosa de la caza. Zeus-Júpiter la violó y la dejó embarazado, por lo que Artemisa la repudió. Zeus la convirtió en una osa para protegerla de los celos de su mujer Hera y las colocó a ella y a su hijo en el cielo, dando lugar a las constelaciones de la Osa Mayor y la Osa Menor.

Ganímedes


Ganímedes, el satélite principal de Júpiter, es también el mayor satélite del Sistema Solar, siendo incluso mayor que el planeta Mercurio. Tiene un diámetro de 5262,4 km. Tarda 7,5 días terrestres en completar su órbita alrededor de Júpiter.

Es la única luna de Júpiter con nombre masculino. Ganímedes era el copero de los dioses, encargado de servirles néctar y ambrosía. Según al leyenda era un joven troyano famoso por su belleza del que Zeus-Júpiter se enamoró. Tomó forma de águila para raptarlo y llevarlo consigo al Olimpo.

Ganímedes tiene su propio campo magnético y una atmósfera con oxígeno, aunque demasiado delgada para sostener sistemas de vida tal como los conocemos. Su superficie se caracteriza por estar dividida en dos zonas: una oscura y más antigua y una clara atravesada por estrías. La diferencia se debe a la actividad geológica.

En Ganímedes no hay montañas. La temperatura media de la superficie es de -160°C y la del subsuelo de 9°C.

Ganímedes está formado por un núcleo ferroso que es el que genera su campo magnético, un manto de roca y una capa esférica de hielo de unos 800 km de espesor. Los anchos cráteres presentes en la superficie son planos, de diámetros entre los 50 y los 400 km.


Fuente | Ojocientífico

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