jueves, 4 de abril de 2013

El pueblo más frío del planeta

Un congelador tiene una temperatura de 4 a 30 grados bajo cero y cuando metemos la mano sentimos que le falta la vida. Pues esto no es nada frente a la temperatura de Oimiakón, un pequeño pueblo siberiano que ha registrado descensos de hasta 68 grados bajo cero y tiene un intenso invierno de nueve meses, mientras las otras estaciones duran un mes cada una.

Uno de los veinte asentamientos humanos que se encuentran en el lugar es Oimiakón, un pueblecito de apenas medio millar de habitantes a más de 30 kilómetros de la carretera principal al que se puede acceder durante el invierno en motonieve, avión o vehículo todo terreno.

El invierno dura nueve meses y las otras tres estaciones un mes cada una. La temperatura más alta jamás registrada en enero o febrero fue de dieciséis grados bajo cero. Lo normal es que en los oscuros meses de invierno (cuando los días duran tres horas y las noches veintiuna) el termómetro se desplome hasta los cuarenta bajo cero o más allá y permanezca así las veinticuatro horas del día durante tres o cuatro meses seguidos.


Los escasos coches que circulan en contadas ocasiones no pueden parar el motor en ningún momento porque no volverán a arrancar. Respirar es un ejercicio de masoquismo extremadamente doloroso. Los niños y adolescentes del lugar (la mitad de la población) están exentos de acudir a sus clases cuando la temperatura llega a los cincuenta grados bajo cero. El pescado que extraen del lago helado se convierte en un trozo de hielo apenas medio minuto después de su pesca. En muchas de las casas no hay agua corriente sino bloques de hielo en la puerta; la leche se reparte de esa misma manera, en bloques. Se dice que en la escuela se usan lápices porque la tinta de los bolígrafos llega en estado sólido. Otro problema es llevar gafas, pues a cualquier rastro de humedad superficial las gafas se pegan a la piel.

En el pueblo apenas hay pocas cosas de interés. Una vieja pista de aterrizaje que data de la II Guerra Mundial, una fábrica de leche que se paraliza de octubre a marzo y una escuela. La mayor parte de la gente vive justo sobre el nivel de subsistencia, algo común para la mayoría de los habitantes de la región.

Existe un único hotel, de diez habitaciones y con agua caliente en todas ellas (algo de lo que carecen todos los demás habitantes del pueblo) fue abierto en 2007 para recibir a los escasos turistas que quieren visitar el lugar más frío del hemisferio norte.


Fuente | Qué canteo

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